Anoche ya salió la primera y hoy, domingo de diarios y suplementos, llega el aluvión de notas. En La Nación nos encontramos con "El obsesivo, la antiheroína y el amor", una nota de Laura Ventura:

El plato con brownies se va vaciando. Ya no queda nada de la torta de limón. Facundo Arana escucha atento a Julieta Díaz y cuando quiere acotar, se atraganta. Ella se para y le sirve un vaso de agua. Hace algunos meses, ambos supieron que iban a ser compañeros en una de las grandes apuestas del horario central de Telefé. Si bien la presencia del actor estaba confirmada desde el año pasado, no se conocía quién sería la heroína ni tampoco la trama de esta historia de amor, un secreto guardado bajo mil llaves.

Cuando me sonreís debuta el miércoles, en el espacio que ocupa hasta pasado mañana Un año para recordar. "Es una comedia romántica para toda la familia, con una puesta inocente: no tiene dobles sentidos ni mensajes. Desde el primer minuto se propone un código novedoso que cautiva al espectador", define Arana. Marta Betoldi, la autora de Ciega a citas y Socias, entre otras ficciones, es otro de los grandes atractivos de esta ficción. "Es una comedia blanca, con situaciones pícaras. Es una historia absolutamente popular para todo público. Nadie queda afuera, se entiende, se disfruta, y está el sello original de nuestra autora, quien logra el equilibrio entre la profundidad y el humor", explica Díaz. Producida por RGB Entertainment, de Gustavo Yankelevich, Arana detalla que a este pope y miembro de un clan prestigioso de la TV argentina "está en todos lados, pero no lo ves. Su mano siempre aparece, pero no interrumpe, no invade. Quiere que todos destaquen, justo él, que es de perfil bajo".

La trama de esta historia fue hasta hace sólo algunos días un gran misterio, se mantuvo en el más absoluto secreto y se barajaron hipótesis que hoy suenan ridículas. "Es bueno que las historias salgan a la luz cuando ya están concluidas. Cuando un proyecto se arma con tanta antelación las ideas se filtran y la gente ya tiene una idea de lo que va a ver", dice un Arana muy distinto de la imagen de galán con la espalda armada, sino inclinado sobre la mesa.

Cuando me sonreís cuenta el choque, el encuentro y el romance entre un fóbico y obsesivo productor musical y la nueva vecina que llega a su barrio para instalar un bar. Gastón Murphy y Luna tienen objetivos distintos. El busca continuar con su vida de estructuras y horarios; ella, una abogada que nunca ejerció, un nuevo horizonte tras el desengaño amoroso con su ex (Sebastián Estevanez). Junto con su hermana Milagros (Lali Espósito) y su mejor amigo (Fabio Aste) comienza un emprendimiento gastronómico. Además de ser polos opuestos habrá una tercera en discordia que compone Mercedes Funes como la novia y socia de Murphy, una empresaria graduada en Harvard. Mario Pasik y Benjamín Rojas, como dos personajes misteriosos cuya identidad se irá revelando con la trama, y Julia Calvo, completan el elenco.

Aunque Gastón y Luna sean polos opuestos, Arana y Díaz no lo son en la vida real. Descubrieron que tenían muchas cosas en común en algunos viajes, camino al gimnasio, en los que el actor acercaba a su compañera hasta su casa, mientras él mismo cebaba sus mates sin perder control del volante, y ella bebía su té de cedrón. "Escuchamos la música muy alto, y además podemos repetir un tema que nos copa mil veces. Como «Let it Be», en versión de Joe Cocker, o todos los de Aerosmith, o «In the Flesh», de Pink Floyd. ¿Cuántas veces las habremos escuchados juntos?", pregunta Díaz a Arana.

Esta es la primera vez en el género de la comedia para Díaz. "Sí había tenido incursiones en escenas cómicas en Locas de amor o en 099 Central, pero sé que se me conoce más por la actriz dramática. ¿Suena trillado si te digo que es un desafío", confiesa esta protagonista del suceso que significó Valientes para la TV argentina.

Arana, que triunfó en conservar su vida privada en privado, sí quiere hablar de algunas personas que no se ven y que comparten muchas horas al día. Se acerca al grabador, como para que quede más claro y explica: "Esta es una historia con pocos personajes, y agradezco entonces el trabajo de las coach de actuación: Te sitúan en el mapa. No siempre filmamos con continuidad. Tienen la historia en la cabeza y nos ayudan mucho tener a alguien que te dice en qué estado estás, de dónde venís y hacia dónde vas". "Esperá", pide Arana y se queda pensando, mientras hace memoria: "No me quiero olvidar de nadie". Díaz, como una apuntadora, cuenta con los dedos al elenco y al equipo. "¿Me comí toda esta fuente yo solo?" Díaz asiente y le aleja el plato con los arrolladitos de dulce de leche.

Magia. Eso es lo que conecta a ambos actores, según Arana, en cada escena que interpretan. "Me estoy sacando ese gusto de trabajar con ella. La vi crecer en sus papeles y siempre pensaba: «Quiero laburar con ella». Más allá de su gran calidad de actriz -nació para serlo-, es una personita muy sincera, muy transparente. Además, es tremendamente responsable. Sabe la letra siempre", dice y confiesa que se apoya mucho en ella, en su mirada, para llevar a cabo cada escena. Juntos tendrán a cargo cientos de escenas de comedia: "Nos tentamos mucho, nos reímos y eso es muy importante para el tono de la historia que estamos contando. No se puede hacer reír si la estás pasando mal".

Líder. Así define Díaz a su compañero. "Siempre supe que Facundo es un tipo talentoso, pero ahora descubrí otras virtudes. Dibuja bien, canta bien, toca el saxo, la trompeta, el piano... y encima es lindo", dice y Arana se ruboriza. Además de su pasión por la música, a ambos los une su amor por el trabajo: "Hablamos el mismo idioma. Sabía que nos llevábamos bien y que es buen tipo, pero nos llevamos mucho mejor de lo que pensábamos", agrega. Habían trabajado juntos en el policial 099 Central (Canal 13), donde las escenas que compartían eran en clave de acción y Arana interpretaba a su superior en una brigada policial. Ahora no habrá jerarquías entre ellos y nacerá el amor.

Después de tan extensa nota donde es palpable la química de la pareja, seguimos nuestro repaso a la prensa por diario Clarín que, además de nota, incluye entrevista a Facu:

“Esta es la historia de un señor, que soy yo, Gastón Murfi, que tiene una vida abslutamente perfecta, y ordenada al milímetro. La tira empieza el día que suena el reloj despertador a las siete de la mañana y las cosas dejan de estar ordenadas. Ahí aparece todo un universo de golpe, que modifica la existencia de todos para siempre”, resume Facundo Arana cuando se le pregunta de qué trata esta comedia romántica. En ese mundo imprevisto para Gastón, entran un hijo cuya existencia ignoraba (Benjamín Rojas), un padre al que hubiera preferido desconocer (Mario Pasik), y una mujer que lo enamora, aunque él se niegue a aceptarlo (Julieta Díaz).

Lali Espósito, Julia Calvo, Mercedes Funes, Fabio Aste, Verónica Pelaccini, Felipe Villanueva, Daniel Campomenosi, Nazareno Antón y Sebastián Estevanez -como actor invitado- completan el elenco de Cuando me sonreís , la comedia romántica que produce RGB Entertainment. “Marta Betoldi y Ricardo Rodríguez -los autores- lograron un idioma que yo no había leído nunca en una comedia; una forma de decir que nos obliga a los actores a tirar la letra tal cual, como si fuera una sitcom, pero sin serlo”, elogia Arana. “Y cuando se te hace muy trabajoso grabar porque te reís a carcajadas con los demás, y ves que eso se refleja en el producto terminado, creo que es buena señal”, agrega el protagonista.

Las malas lenguas hablan, sin embargo, de ciertas desavenencias con la heroína. Arana sólo sonríe. Y responde. “Con Julieta habíamos trabajado juntos en 099 Central , pero allí no compartimos muchas escenas. Y descubrí una compañera extraordinaria. Nos llevamos tremendamente bien. Ahora, hay que esperar que ocurra la magia que toca al espectador, pero eso ya no depende de nosotros.”


Facundo Arana: "No quiero ser un actor para pocos"

Entrevista. Facundo Arana. Después de dos años sin hacer TV, vuelve a la pantalla el miércoles a las 22, por Telefe, con la comedia romántica “Cuando me sonreís”. Mientras, hizo de todo. Y lo cuenta. "Estos son tiempos muy felices para mí. Tremendamente felices. Y si tuviera que elegir qué es lo que quiero hacer hoy, elijo algo que a la gente la haga sonreír”. Así habla Facundo Arana, un hombre al que la dicha no le pasa por la fama. Pero que, sin duda, sabe usarla. Después de dos años sin hacer televisión, el miércoles, a las 22, volverá a la pantalla con una comedia romántica: Cuando me sonreís , por Telefe, y con Julieta Díaz. Dice que en este tiempo “había juntado muchas ganas de hacer una tira”. Y no sería por aburrimiento.

En 2008, cuando terminó Vidas robadas, empezó a recorrer el país para la campaña de concientización “Donar sangre salva vidas”. Un documental recogió su travesía, que lo llevó desde La Quiaca hasta la Antártida, y desde el Iguazú hasta la mismísima cumbre del Aconcagua. Después llegó la propuesta de Gustavo Yankelevich, y Arana se embarcó en el proyecto que, dice, corresponde justo a este momento de su vida.
¿Qué tiene que ver este personaje con el de Sos mi vida (aquel exitazo junto a Natalia Oreiro)?
Y... me van a ver a mí la misma cara. No hay muchos secretos. No me propongo ser un actor snob, no quiero ser un actor para pocos, para regodear a nadie. Pretendo gustarle a mi abuela que está mirando tele. Acá te piden tocar un sol, entonces tenés que tocar un sol y no venderle a nadie que tocás el único sol del mundo con un violín Stradivarius, porque no es así.

¿Hay un desafío particular en ir al horario que deja “Un año para recordar” con tan poco rating? Trato de no mirar eso. No me corresponde. El rating es una circunstancia. Con Vidas robadas, que se llevó todos los premios, hacíamos 14 puntos. Hoy la gente no habla de otra cosa que de El elegido . Dentro de dos años nadie se va a acordar del rating que hacía El elegido , y dentro de quince años se van a acordar de la ficción que era. Nuestra televisión está llena de gente que mantuvo en el aire programas a pesar del rating adverso porque la historia merecía ser contada. Hay que hacer un aplauso de respeto hacia ellos.

Y vas a estar con Pablo Echarri, en un continuado horario.
Es lo mismo que si estuviéramos en canales distintos. Lo que hablamos a veces con Pablo es que tal vez un día nos juntemos para hacer algo. Eso sería una dupla, ¿no? Viéndolo a él como productor, ¿no se te pasó por la cabeza producir una tira? Hay que tener unas capacidades, muchas, que yo no tengo. Hay que ser ordenado, hay que tener nervios de acero... (piensa) …Yo te escalo una montaña.

Arana escala una montaña. Y anda en moto, hace surf... y todos los deportes extremos. Pero también escribe relatos breves, saca fotos, dibuja permanentemente, pergeña historietas... Cuenta que pronto cumplirá “el sueño de su vida”: publicar en la revista Fierro , junto a su amigo, el dibujante Juan Carlos Quattordio. “Me di cuenta de que podía dibujar cuando tenía unos diez años. Y no paré nunca -recuerda-. Cuando tenía que decirles algo importante a mis viejos, hacía una historieta. Y ahí volcaba todo lo que me pasaba. El adolescente Facundo no está más, pero en las cartas a mi vieja está vivo, con las cosas que me pasaban en aquel momento”. Para las fotos de su campaña solidaria, Arana tiene un blog en Internet; para las creaciones con Quattordio, tiene otro; un tercero, para sus cosas más personales.

Se te ve bastante activo en la red social Twitter, tenés un blog. ¿No temés que ese contacto permanente con la gente atente contra el “misterio” del galán?
No. Esta es una forma maravillosa de acercarse a la gente. Antes me llegaban cartas de todo el mundo, y yo no tenía posibilidad alguna de responderlas. Hoy día hay un lugarcito, y quien tenga ganas puede entrar, y ver que ahí están mis cosas. Al principio no subía cosas con mi nombre, pero un día me pregunté: ‘¿A quién tengo que darle yo explicaciones? ’, entonces me saqué la máscara. Y estuvo bien. Me divierte mucho, y me encantan las devoluciones. Me animan a seguir.

También lo animan, claro, sus tres hijos (India, de 3 años, y los mellizos Yaco y Moro, de casi 2) y su mujer, la modelo y conductora de TV María Susini. Ese familión que Arana supo conseguir y de quienes no habla mucho porque “quiero que sea una familia, y no una pecera”. Sin embargo, se banca que le pregunten cómo es su perfil de padre, y hasta -con alguna que otra vuelta- lo contesta. “Soy el mejor papá que puedo ser. Yo, de uno a un millón, soy un millón, porque me esmero un millón. En comparación conmigo mismo, soy el mejor papá del mundo. Porque no puedo hacer más esfuerzo, no me da el alma”.

¿Hay algo que te saque de quicio?
Me saca de quicio lo que no se puede arreglar. Que algunas cosas me den demasiada bronca y darme cuenta tarde de toda la bronca que me dieron esas cosas que no eran tan importantes. No tener el poder de arreglar las cosas cuando ya ocurrieron. No tener el control sobre la salud de la gente que quiero.

Barremos entonces con esa idea de que sos taaaan bueno…
Puedo tener un asesino serial adentro, como todos. Pero vos elegís, y hacés un esfuerzo para sacar lo mejor que tenés. Con las mismas manos que podés levantar a una persona, la podés empujar. Es una elección conceptual. El problema es que lo normal parezca tan fuera de serie. La cuestión del tipo bueno la armaron los periodistas. Pero hay muchísimos actores que hacen tarea solidaria, y se comprometen mucho, incluso más que yo. Si vos tenés una cara conocida, y no usás un poco eso para el bien común, sos un papanatas. El día de mañana, cuando ya nadie pare la oreja cuando vos hablás, cuando se te pasaron los quince minutos, mirás para atrás y decís ¿por qué no lo hice? Bueno, eso no me va a pasar."