La proyección de la película estaba prevista para las 22 y empezó pasadas las 22.30 horas. Temía que no quedase sitio para prensa, pero no hubo problema y mi compañera y yo pudimos pasar. La película es preciosa y está llena de momentos intensos que llegan aún más al público por ese movimiento de cámara tan inquieto y el uso de primeros planos.

Guadalupe Docampo y Diana Lamas hacen un trabajo increíble: consiguen que sea realmente creíble esa relación tan especial que hay entre un par de hermanas que, evidentemente, se conocen de toda la vida. Facundo está irreconocible, y no por el aspecto, sino por el papel tan diferente que interpreta. Me parece todo un reto que supera sobradamente porque transmite mucho con muy poco. Aunque da un poco de penita verlo siempre tan serio, pero aún así es sorprendente esta cara que nos muestra y lo hace igualmente bien.

La tan comentada escena hot de los medios es realmente hot, sí, e impresiona, pero yo la vi también como un momento lleno de desesperación entre sus personajes, Lau y Martín. Luego llegó la primera escena en la que se me saltaron las lágrimas, también entre Lau y Martín: Ella está enfadada con él y le pide que se vaya de su casa. Él, en lugar de marcharse, la abraza, aunque ella no se deja (hasta le tira del pelo). Al final él la contiene porque lo que ocurre es que ella está realmente afectada por la situación. Muy intenso ese momento.

Y no quiero contar mucho más porque espero que la vean. En este estreno estuvo la directora, Paula Siero, que se presentó antes de la proyección y anunció que se quedaría por si alguien tenía alguna pregunta al final. Yo, como ya conocía la película, el rodaje, etc, le pregunté qué significaba para ella estar en un festival como el de Málaga, uno de los más importantes de España, donde suele haber siempre alguna producción argentina. Dijo que estaba muy emocionada porque si algo tenemos en común españoles y argentinos es que compartimos una lengua y una cultura. No sabía si en Rotterdam, al no compartir el idioma, el público iba a entender lo que quería transmitir, pero en España es diferente y estaba muy contenta de poder estar en el festival.

Al acabar la película, y tras el turno de preguntas, Paula se quedó en la puerta de la sala. Viendo que algunos se acercaron a felicitarla por la película, yo también me acerqué, pero lo que hice fue darle las gracias en nombre de todas porque llevábamos mucho tiempo esperando poder ver "El agua del fin del mundo" y ha sido muy emocionante. Ella se sorprendió al saber de tanta fan de Facu, sonrió y me dio las gracias: "No, por favor, muchas gracias".